Con un verso,
es verdad,
no botas a un tirano.
Con un verso no llevas pan y techo
al niño vagabundo,
ni llevas medicinas
al campesino enfermo.
Sobre todo, no puedes
hacerlo ahora mismo.
Pero… vamos a ver:
Un verso
bien nacido y vigoroso,
y otro más encendido,
y otro más desvelado,
y otro más fuerte y más veraz,
le dan vida
a un sueño que recogieron tierno,
y este sueño de muchos, ya nutrido,
se vuelve una conciencia,
y esta conciencia, una pasión, un ansia…
Hasta que un día,
todo
–sueño, conciencia, anhelo–,
compacto se organiza…
Y entonces
viene el grito,
y el puño,
y la conquista…
En la esfigie de la conquista
brilla una diadema: el verso.
Julio Fausto Aguilera (1929 - ):
Porta guatemalteco. Su amor por la poesía se va desarrollando en él en tanto crece, aun siendo niño. Junto con otros jóvenes poetas y escritores, forma parte del grupo literario Saker-Ti, con la clara intención de incidir en la renovación política y cultural de su país. Tras siete años de fecunda labor literaria, la llegada al poder político del dictador Castillo Armas en 1954, pone fin a la actividad del grupo y supone la represión, el exilio, e incluso la muerte, de algunos de sus componentes. Siempre le inspiró el amor humano y a la patria.
Julio Fausto Aguilera fue seleccionado Premio Nacional de Literatura Miguel Angel Asturias 2002 porque, en opinión del Consejo Asesor para las Letras del Ministerio de Cultura y Deportes, su obra “se ha producido durante toda una vida de heroísmo y compromiso literario con la sociedad guatemalteca”.
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