Razones para la música
Para Wallace Stevens
¿Por qué insistimos en el poema,
Era tras Era -incluso en una era
como ésta, cuando la roca viva
ya no vive y la piedra labrada perece-?
La pregunta de Hölderlin: ¿por qué ser poeta
ahora, cuando los significados no significan,
cuando la forma de piedra es piedra moldeada
-Dürftiger Zeit-, tiempo sin interioridad?
¿Por qué yacer en nuestras camas de noche
conteniendo una bocanada de palabras, exhaustos,
más aun por la ausencia del adversario?
¿Por qué ser poeta? ¡Por qué ser hombre!
Muy lejos, en lo más remoto de los Andes,
se encastran y se apilan piedras enormes.
¿Qué es el hombre? El que encuentra un poema
en los escombros de un agreste mundo desierto.
Mi tarea: el acropolis de la eternidad
que se desmorona una y otra vez.
La necesidad del corazón me compele.
Soy hombre, poeta debo ser.
El trabajo del orden no tiene descanso:
es el de imponer sobre el confuso, fortuito,
flujo del mundo, la Forma -
calma, fresca, limpia, obstinada.
Permanente, o al menos
duradero, un precario monumento
que promete inmortalidad, porque mueve
al vuelo y en el movimiento equilibra.
¿Por qué insistir en el poema?
De la turbulencia del mar se alza
en frágiles flores, una tras otra,
el arrecife de coral que calma el agua.
Generaciones de moribundos
fijan las sales disueltas del mar
en la piedra, árboles de ramas inmóviles,
significando
el movimiento del mar.
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