domingo, 28 de junio de 2020

León Felipe / Prólogo a una edición de Hojas de Hierba


“Aquel que camina una sola legua sin amor camina amortajado hacia su propio funeral”.
Se apellida Whitman, pero Dios le llama Walt.

No tiene familia.

Es hijo de la tierra mas que de la sangre como todo norteamericano legítimo.

Su nombre telúrico y adamico es Walt. Walt, Walt, Walt, le dice el gavilán, la tempestad, y las olas del mar entre las rocas de la playa… Llamadle Walt vosotros también.

Yo le llamo Walt.

Dios le llama Walt.

No tiene otro título, ni rótulo a la puerta, no es doctor, ni reverendo, ni maese… No es misionero tampoco.

No viene a repartir catecismos, Ni reglamentos, ni a colgarle a nadie una cruz en la solapa.

Ni a juzgar, ni a premiar, ni a castigar. Viene sencillamente a cantar una canción. No os trae nada nuevo.

Sabe que sois ricos y os lo viene a recordar. Y a los que han olvidado su tesoro viene a abrirles el granero, el palomar, y las ventanas de la torre.

Os trae unas llaves.

Viene a derribar murallones, a destruir cercas y vallados.

Os trae también una piqueta.

¿Que esperais? ¿Falta algo más?

Ah…si…

Preguntais si tiene biografía….

Los grandes poetas no tienen biografía. Tienen destino, y el destino No se narra…

Se canta y se baila.

León Felipe

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