miércoles, 22 de abril de 2020
Gabriela Mistral / Caricia
Madre, madre, tú me besas;
pero yo te beso más.
Como el agua en los cristales
son mis besos en tu faz.
Te he besado tanto, tanto,
que de mí cubierta estás
y el enjambre de mis besos
no te deja ya mirar...
Si la abeja se entra al lirio,
no se siente su aletear.
Cuando tú al hijito escondes
no se le oye el respirar...
Yo te miro, yo te miro
sin cansarme de mirar,
y qué lindo niño veo
a tus ojos asomar...
El estanque copia todo
lo que tú mirando estás;
pero tú en los ojos copias
a tu niño y nada más.
Los ojitos que me diste
yo los tengo que gastar
en seguirte por los valles,
por el cielo y por el mar...
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