sábado, 16 de mayo de 2020

Vicente Huidobro / La tierra


Silencio. Inmensidad. Vasto silencio
Del ensoñar del globo,
Rodando solo en el vacío negro;
Silencio ensimismado bajo el otro
Silencio augusto de los cielos graves,
De los cielos supremos, prodigiosos,
Serenos de reposo.

La tierra solitaria,
Que aún no era por cerebro comprendida,
En el caos rodaba
Gozando de su propia maravilla.

¡Oh el primer sol, de la primera
Mañana de la esfera
Que llenó como un río la suprema
Majestad silenciosa de la tierra desierta!

Como una sonámbula
De sus solos ensueños encantada,
La Tierra sola y ensimismada,
Inefable de éxtasis,
Rodaba, rodaba,
Y todas las auroras
La hacían milagrosa
Y todas las noches
Augusta y majestuosa.
Los trigos ondulaban al viento
Para nadie, para ningún
Contemplador maravillado.
Llenos los ojos de milagro.
Los árboles cantaban,
Ebrias de luz se erguían las montañas,
Los horizontes luminosos
Parecían buscar unos ojos
Que los miraran y gritaran locos.

¡El globo solitario
Iba rodando, iba rodando!
¡Sobre la tierra todavía virgen
Sonreía la luz, cantaba el sol
Y todo con un íntimo temblor
Parecía buscar admiración!

La Tierra adolescente
Sentía como un vértigo de luminosidad
E inmensa y muda, toda llena de auroras,
Se sentía solemne de serenidad.

¡Oh silencio infinito
Lleno de graves rumoreos de viento!
¡Vibración del vacío,
Primer instante, primer momento
Apertura del tiempo!

Y el globo solitario
Iba rodando, iba rodando,
¡Oh! la Tierra, la amada Tierra
Iba rodando virgen de historia,
Desnuda de leyenda,
Sin días, y sin años y sin fechas.

Y eran las mañanas locuras de sol,
Tembladoras de risas de aguas,
Y eran las tardes tristes y pausadas,
Solemnes de dolor,
Y las noches eran una canción deseada
Que caía suave sobre los panoramas.

Así el mundo solo, rodaba, rodaba,
Y en la matriz formidable y oscura
Aguardaban pacientes
Todos los gérmenes
De las transformaciones futuras.

¡Oh Tierra! Cálida madre de las simientes,
Se oía en el seno de tus fuerzas creadoras
Un rumor de ideas que se forman
Y largas vibraciones que laboran
Cruzando por el fondo de tus vértebras
Ansiosas de salir a la luz buena.

Y la Tierra nueva,
Pletórica de naturaleza,
Se mostraba esplendorosa y suprema.
¡Solo se oía en medio del silencio profundo
Latir la savia en las venas del mundo!

Lleno de calma y de misterio,
Lo sublime y lo bello
Brotaba espontáneo de la tierra,
Circundaba los montes,
Se enredaba en las selvas,
Cantaba en los torrentes
E invadía como una luz los horizontes.

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