Llevaba el día en el cinto
como un, alfanje de plata,
y en el arzón de la silla,
una guitarra gitana.
Romance de luces nuevas
Se abrían en su garganta.
Los ayes del cante jondo
lo lamían como llamas.
Cuando soltaba su copla
Cantaba toda la España.
No murió como un gitano:
No murió de puñalada.
Cinco fusiles buscaron,
Por cinco caminos, su alma.
Le abrieron el corazón
lo mismo que una granada.
iY el surtidor de su sangre
manchó las estrellas altas!
i Como lloraban los ríos
De España!
En ese instante indeciso
de las hembras despeinadas,
en ese instante en que el grillo
cava la mina del alba,
García Lorca, en el suelo,
con una flor colorada
condecorándole el pecho,
quedó sin canto y sin habla.
i Como temblaban los montes
de España!
Cuando enmudeció su lengua
no doblaron las campanas.
Nadie le trajo una rosa,
ni un verso, ni una guitarra.
Apenas el chisperío
De una estrella deshojada
Apenas la visión última
de la cal de las murallas...
¡Como crujían los huesos
de España!
- i García Lorca! i García
Lorca!- mil voces clamaban.
Preciosa, la del pandero,
danzando se desmayaba.
Brincaban, enloquecidos,
los pechos de Santa Olalla.
La casada del romance
desgarraba sus entrañas.
¡Cómo se rompía el alma
de España!
Muerto se quedó en la tierra
tronchado por cinco balas
Este año no darán frutos
los naranjos de Granada.
Este año no habrá claveles
En las rejas sevillanas.
El río Guadalquivir
Llevará sangre en sus aguas.
iCómo llorará su espíritu
en las guitarras de España!
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