Ideal maniquí, comodín del señuelo,
¡Eterno femenino!… plancha tus pañoletas:
Siéntate en mis rodillas cuando lo ordene y dime
Qué artimañas usáis, ángeles degradados.
Sé perversa y alégranos la hora desdichada,
Piafa con pie ligero los senderos abruptos.
¡Arde, ídolo puro! ¡y ríe! ¡y canta! ¡y llora,
Querida! ¡Y de amor muere!… en los ratos perdidos.
¡Ninfa de mármol! ¡vamos! sé soñadora ¡y frívola!
Amante, ¡carne mía! hazte virgen, lasciva…
Feroz y santa y torpe, buscando un corazón…
Sé la hembra del hombre, mujer, sirve de Musa
Cuando el poeta brama ¡en Alma, Espada y Llama!
Y después –cuando ronque– ¡besa a tu Vencedor!
À L´ETERNEL MADAME // Mannequin idéal, tête-de-turc du leurre,/ Éternel Féminin… repasse tes fichus;/ Et viens sur mes genoux, quand je marquerai l´heure,/ Me montrer comme on fait chez vous, anges déchus.// Sois pire, et fais pour nous la joie à la malheure,/ Piaffe d´un pied léger dans les sentiers ardus,/ Damne-toi, pure idole ! et ris ! et chante ! et pleure/ Amante ! Et meurs d´amour !… à nos moments perdus.// Fille de marbre ! en rut ! sois folâtre… et pensive./ Maîtresse, chair de moi ! fait toi vierge et lascive…/ Féroce, sainte, et bête, en me cherchant un coeur…// Soir femelle de l´homme, et sers de Muse, ô femme,/ Quand le poète brame en Ame, en Lame, en flamme !/ Puis –quand il ronflera- viens baiser ton Vainqueur !
Á L´ÉTERNEL MADAME / AL ETERNO SEÑORA
L´éternel madame remite a “l´éternel feminin”, pero con la ruptura de la concordancia y la sustitución de ‘femenino’ por ‘señora’, Corbière pone de relieve, ya desde el título, el carácter burlesco de este soneto que abre la primera sección de Les amours jaunes. Si, para Goethe, en su Fausto, “El eterno femenino nos lleva hacia lo alto”, para Corbière, esa imagen idealizada y romántica se convertirá en la de los “ángeles degradados” y, más adelante en la “ninfa de mármol”: la cortesana o prostituta. El carácter antirromántico del soneto se acentuará con el rechazo de la expresión hinchada que atribuye a Victor Hugo, el poeta del penúltimo verso. Las exigencias métricas me han llevado a traducir ‘tête-de turc’ por ‘comodín’. Creo que el sentido de pretexto o excusa es común a ambos términos.
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