jueves, 26 de marzo de 2020

Óscar Alfaro / La cruz de palo



Algunos arrieros,
al mirar la sombra de ´sta cruz de palo
rezan pagre nuestros,
como si aquí hubiera muerto algún cristinao,
Pero naides sabe
que dende hacen años
bajo esta cruz chueca duerme solamente
mi caballo blanco…

Cada vez que miro
su tumba jlorida de rojos airampus,
parece que siento respirar la tierra
y moverse el pasto,
¡Como si al sentirme tan cerca quisiera
volver a la vida mi pogre caballo!

Galope y galope,
aquella mañana salí de mi rancho,
los rondas del pueblo me andaban siguiendo
y el potro espumiaba de puro cansancio.
¡De un tiro lo hicieron torcer el pescuezo!
Siguió pá adelante, sangrando y renguiando.
después de librarme de aquellos demonios
¡Cayó moribundo debajo los tacos!

Me clavó los ojos
¡Vidriosos y humanos!
Como si rogara: “Salvame la vida!”
¡Y mancuando quise, no pude salvarlo!

Y agora que cruzo descalzo el camino
la cruz a lo lejos me estira los brazos
y siento un relincho tan triste y projundo,
¡Cuál si me llamara el alma del caballo!

Y mancuando creyan que mei güelto loco,
cuando caminando me muera en el campo,
¡Quiero que me entierren junto con mi potro,
Debajo la sombra de esta cruz de palo!.

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