sábado, 28 de marzo de 2020
Fyodor Ivanovich Tyutchev / Pacificación
La tormenta se retiró, pero Thor ya había encontrado su roble,
y ahí yace magníficamente abatido,
y de sus miembros un resto de humo azul
se propaga a los brillosos árboles repintados por la lluvia-
-mientras que el zorzal y la oropéndola se apuran a remendar
sus rotas melodías a lo ancho del bosquecillo,
sobre la cresta del cual apunta el extremo
de un torciente arcoiris bordeado de malva.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
-
¡Hombres! No escupáis nunca sobre una gran cabeza. No seáis mancha cuando pudierais ser herida. El hierro sufre en lo hondo de la fragu...
-
Abramos la dulce tierra con amor, con mucho amor; es este un acto que encierra, de misterios, el mayor. Cantemos mientras el ta...
-
Equilibrio al filo del abismo: la Biblioteca y el Museo de Alejandría 19 En nuestro tiempo, en cambio, algunos de los edificios más fascina...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario