sábado, 7 de marzo de 2020

Philip Larkin / Los árboles

Philip Larkin / Los árboles


Los árboles ya comienzan a brotar

como algo casi a punto de ser dicho;

los nuevos tallos descansan y se propagan,

su verdor es una especie de tristeza.

¿Se trata de que ellos nacen nuevamente

y nosotros nos hacemos más viejos? No, ellos también mueren.

Su truco anual de lucir nuevos

se inscribe en sus fibras en anillos.

Sin embargo, los incansables castillos desgranan

su gruesa madurez cada primavera.

Ha muerto el último año, parecen decir,

comencemos otra vez, otra vez, otra vez.


Philip Arthur Larkin (1922- 1985): Poeta, bibliotecario, novelista y crítico de jazz británico. En 1945 publicó su primer libro de poesía, El barco del norte, al que le siguieron dos novelas, Jill (1946) y Una chica en invierno (1947), pero adquirió notabilidad en 1955 con la publicación de su segunda colección de poemas, Un engaño menor, seguido por Las bodas de Pentecostés (1964) y Ventanas altas (1974). 
Entre 1961 y 1971, trabajó en el periódico The Daily Telegraph como su crítico de jazz (sus artículos fueron compilados posteriormente en All What Jazz: Escritos sobre jazz 1961–71, de 1985), y editó The Oxford Book of Twentieth-Century English Verse (1973). 
Recibió varios honores, incluyendo la Queen's Gold Medal for Poetry. Es considerado por la crítica como uno de los poetas ingleses más aclamados de la segunda mitad del siglo XX.
Después de graduarse de Oxford en 1943 con títulos en inglés y literatura inglesa, Larkin trabajó treinta años como bibliotecario en la Biblioteca Brynmor Jones de la Universidad de Hull período en que produjo la mayor parte de su obra publicada. 
Influenciado por W. H. Auden, W. B. Yeats y Thomas Hardy, sus poemas están formados por versos muy estructurados pero flexibles. 
Sus poemas están marcados por lo que el poeta inglés Andrew Motion describe como una «exactitud melancólica y muy inglesa para tratar las emociones, los lugares y los relaciones». Eric Homberger mencionó que Larkin era «el corazón más triste en el mercado de posguerra», y el mismo Larkin dijo que la pobreza era para él lo que los narcisos eran para Wordsworth.

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