El libro
para poder leer lo oculto en una rosa
y pronunciar el verbo sin palabras
¿Hay en verdad un libro
o lenguajes seduciendo nuestras entrañas?
Emigramos en ellos hacia ellos
En ellos buscamos refugio
para liberar nuestra cadencia
del encadenamiento de sus ritmos
Y a ellos volvemos
para repetirlos en lenguajes distintos
No el libro, sino los deseos insaciables
de las profundidades del cuerpo
y el vacío que se abriga a su sombra
No el libro, sino la poesía infinita
No el libro, sino el viento que lee lo escrito por las arenas
y aquello que dirá la espuma
No el libro: las rutas que a él nos llevan
son ciudades bajo llave
No el libro, escribe tú, revuelta
el cuerpo del canto
y grita ¡ven a mí
mi amor, bóveda celeste!
No el libro, las palabras son velos
Cada vez que leo, me implico más con las cosas
Acaso me verás ascender, como por primera vez
los escalones del libro, transformar sus espejismos,
y convulsionar el cielo que lo alberga,
el espacio cuya sombra lo cobija
No el libro,
sino Adán
Adán, al fin, no es sino una herida,
y al domeñarse, la herida se avoca
hasta el cielo, tornándose imagen
Se hubiera dicho entonces
que se humaniza su arcilla
No el libro,
sino Adán
Adán no es sino una palabra
que comprende en su composición la sangre
Al balbucear, resbaló la man zana de su mano
Desde entonces, el cuerpo de la poesía
entrega sus miembros a la locura,
el vértigo se adueñó de sus días
No el libro,
sino Adán
Adán , cuyo comienzo es el agua,
¿en que barro grabaste el final?
Henos descifrando el verbo en la arcilla,
Extrayendo su agua del barro
¿Saldremos alguna vez de esta oscuridad?
Adán, en éstas las letras de tu nombre
está el dolor de los cuerpos, la voz del tiempo
Me enredo en ellos, de su tañer fabrico un astro
me esbozo, así mi rostro es de palabras
Ese rostro es la eternidad.
París, 1993
( Traducciónde Fernando Cisneros)
* Ali Ahmad Sa'ld, egresado de la Universidad de Damasco en 1954, se radica poco más tarde en Beirut y a partir de 1985 en París y en Ginebra. Es una de las personalidades más sobresalientes de la cultura árabe contemporánea. A partir de su interés por las figuras míticas del Oriente Antiguo adoptó el pseudónimo de Adonis, con el que es conocido tanto por su poesía como por su abundante obra crítica.
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