sábado, 13 de febrero de 2021

Matías Rivas / La esperma sucia de una vela

 

La esperma sucia de una vela
y la incapacidad tuya
para decirme las cosas
está definiendo de alguna manera
mis días. No creo tener
el alcance que tu reclamas
ni la tranquilidad ni los dolores
calmos que tanto te hacen falta.
Las cosas se delinean en la fineza
de sus contornos, y aquí
la esperma se ha mezclado
con la mecha negra quemada.
Lo único que se me ha ocurrido hacer
ya estaba hecho por otro
y mis libros nunca
salieron de mi casa.
Para tu seca belleza extranjera
mal vistas son las despedidas,
yo por mi parte, no tengo qué hacer
sino poner la vista
en los edificios de enfrente,
recordar el patio de mi colegio
formado para entrar a clases
y de esta manera
encubrir el imposible
olvido de estar arriba
o abajo tuyo. Debí aspirar
una vida común,
seca de rabia y sin
tanta ostensible pasión.
Ninguna tarde más
será regada con tu fría mirada
ni sabré cómo me queda
la ropa. Te fuiste sin haber
llegado y yo con el aire
entre los dedos,
reclamo ceguera
en asuntos de amor.



Matías Rivas

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