Podría leer una hora más sobre Emily Dickinson,
o quizás uno de sus poemas. Mejor trataré de olvidar
uno para asombrarme de nuevo y hacerle miles
de preguntas. ¿En qué aguas pescas las palabras?
¿Mientras esperas a que muerdan el anzuelo, te
distraen las medusas que flotan alrededor? ¿Las
muerdes tú primero? Empecé a escribir este poema
para olvidar uno tuyo y el oleaje nos aproximó. Mira
lo cerca que estamos: el barco averiado en que saliste a
pensar se hunde justo aquí y no sé si nos salvamos.
Tania Ganitsky
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