martes, 22 de septiembre de 2020

Arturo Gutiérrez Plaza / Hogar



Vivo en esta ciudad, en este país despoblado,

avergonzado por sus propios fantasmas,

confinado a cuatro paredes hurañas.

 

Vivo en cuartos vacíos.

En habitaciones que a ratos se encogen

expulsando todo aquello

que hasta ayer me acompañaba.

 

Vivo en su centro como viven los moluscos,

babosos e invertebrados, cordializando

con la concha que los protege.

 

Doy rondas, tanteo su superficie,

hago trampas: intento horadarla

guardando la esperanza de encontrar

respiraderos al otro lado.

 

Pero soy de acá, este es mi hogar

y aunque me vaya, aunque me escape lejos,

este encierro siempre será mío.

 

Vivo como el cangrejo ermitaño,

como un decápodo errante,

refugiado en conchas vacías,

atrapado, impenitente, esperando

la bondad de alguna ola que me arrastre

o termine de ocultarme en la arena.